Como se ha vuelto eminente el regreso a la vida pública creo necesario ordenar mis ideas y creencias.
Me declaro un liberal.
Creo y defiendo la libertad como un mandato supremo de las sociedades modernas. Sociedades democráticas en donde los ciudadanos disponen de un marco jurídico que, con letra y espíritu, hace respetar estos derechos inalienables para cada individuo. Del mismo modo, detesto la homogeneidad y el conservadurismo pues veo en ellos un obstáculo al pensamiento crítico.
No solo para aplicarlo a la economía, para aplicarlo en todos los aspectos de la vida del ser humano ya que el derecho y la opción a elegir es parte de lo que concibo como dignidad de la persona humana. Por lo cual, el irrestricto respeto por el proyecto de vida de otros es una de mis principales preocupaciones a seguir.
El Estado debe ser garante pero no cargante.
El ser humano posee dimensión espiritual en la cual reside la libertad y racionalidad. Es deber de ella la búsqueda de un fin trascendente, el cual no puede estar determinado a las reglamentaciones dadas por una agrupación temporal a la cual llamamos Estado. El Estado debe estar al servicio de las personas y no al revés, su deber es aplicar el Derecho que hemos concebido como necesario para nuestra sociedades pero bajo ningún caso establecer con que Derecho deben ser conducidas nuestras sociedades. Cuando el Estado conduce a que todos seamos iguales, que solo nos dediquemos al trabajo, que es el quien piensa. Detenemos no solo nuestro progreso como sociedad, sino que también como personas.
Mi ideología la podría definir en tres palabras.
Libertad.
Como ya está enunciada.
Propiedad Privada.
Uh! Que materialista suena esto, pero que socialista terminará.
No comparto la tesis de que es indebido apropiarse de los bienes que a todos como ciudadanos del mundo nos pertenece pues desde mi punto de vista, la propiedad privada representa al trabajo. Este es el móvil del sentido de vida de las personas y los hombres tienen derecho al trabajo.
Dignidad de la persona humana.
Dignidad no solo para argumentar la defensa de la vida ni la lucha contra la pobreza, causas que considero nobles, justas y necesarias. Dignidad como la necesidad y deber de procurar una vida justa para todos.
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