En ms manos tengo aún tengo tu olor y el recuerdo me está torturando como nunca; pero ahora mismo los recuerdos más lejanos se mezclan con los más cercanos y vengo a escribirte algunas cosas que me gustaría que no olvidaras.
Cuando nos conocimos nuevamente estaba yo muy débil, no había más fuerza que la que me gritaba frente al espejo. Mi pensamiento constante pasaba del donde ir y con quien ir, al como podría llenar mi tiempo, estaba vacio. TENÍA MIEDO, miedo de que todo volviera a ser como antes… pero llegaste TU.
Nunca te lo dije, pero desde temprano quería que estuvieras en mi vida. Me imaginaba un futuro contigo sin tener un presente, te amaba en silencio y te buscaba por cada espacio de la universidad para "encontrarte de casualidad". Sabía que te gustaba hacer las guías de biología de la célula en los computadores viejos de agro y constantemente merodeaba por ahí, luego te cambiaste y trataba de "justo andar por San Joaquín" los viernes en la tarde… aún cuando tenía clases en Casa Central. No sé de donde surgió el 54 y los primeros mensajes, pero corría desde mi sala para ir por ellos. Los leía una y otra vez, buscaba tus canciones. Te amaba ya, lo cantaba en las canciones, lo escribía en mis carpetas, le contaba a mis amigos… pero aún TENÍA MIEDO. Citabas a Tellier dicendo que "no puedo amar a nadie…" y temblaba, en una conversación me contabas que una vez decidiste no ser más amiga y te fuiste, y volvía a temblar. Pero te buscaba y sabía que te amaba, era tan fácil buscarte en las fotos porque por lejos eres la que más resalta. Sin darme cuenta, ya estabas tu, ya no había temor.
Desde que comenzamos a salir, me devolviste el alma al cuerpo.
Recuerdo cuando te dije que te amaba y creo que te tomó por sorpresa, creo incluso que la dudaste. Pero no podía aguantarmelo más. Me dabas una alegría que desde niño no sentía.
Ocupas toda mi mente,
puedo quedarme horas mirando al techo pensando en el pasado e n el presente y en lo que sea que nos lleve a estar juntos.
Eres lo que impulsa las locuras, lo que mantiene la prudencia.
Me enseñaste que el amor existe. Sí, así de enorme como suena.
Jamás podré agradecerte todo lo que has hecho por mi, aunque no lo veas con claridad ni lo entiendas.
Entonces, un simple gracias. Por dejarte amar.
Te lo he dicho,
Quiero que seas la que me vea crecer, y quien crezca conmigo
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1 piden la palabra:
Me emociona el hecho de que siempre estuvimos esperándonos el uno al otro.
Me dejaste sin palabras.
Te amo incluso antes de conocerte.
Te encontré y me encontraste, me quisiste tal cual era, también yo.
Eres quien más me importa.
Y te amo hasta la locura.
Todo, todo haría por tí <3
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