El regreso a la capital y la rutina siempre me ha dolido, quizá porque siempre ha sido sin transición más que los kilómetros que me separaban del día 0 al día 1. Hay veces que lo he recorrido con alegría, veces con ansias pero hoy fue distinto y me incomodó. No acostumbro a sentirme pequeño, pero lo sentía.
Paradoja: Hay que ser pequeño para necesitar ayuda, y lo mejor es que la tengo :)
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