tenía un mar de ilusiones que se perdió como ola que entra en la arena: mi vida era llena y no había lugar para otra cosa que no fuera construir nuestro Castillo. Todos los días pasábamos horas en el y cada vez eramos más ambiciosos con su diseño, ¡Que hermoso nos quedaba!. Cuando alguna marejada le afectaba, no descansábamos hasta volver a construirlo... nunca le tuvimos miedo al mar, el que fuera más grande que nosotros solo nos llenaba de pasión y rebeldía.
Pero el mar nunca se cansaba pero mi rebeldía si -"no importa, mañana lo arreglaré, solo debo esperar a que baje la marea"- sin darme cuenta el Castillo se había desmoronado y atrapada en sus paredes se llevó a su reina.
Aquel día la luna brilló más fuerte que nunca mostrando al desnudo la soledad, todo había cambiado para siempre.
Sin ti hoy no sabría reconstruirlo,
me rindo, lo siento
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