Publicado por Nicolás Vallejos en Contexto Jóven de Diario Financiero
En septiembre, hace 200 años, se dio inicio al proceso que lograría dar a nuestro país independencia total desde la Corona española. En aquella oportunidad la ciudadanía exclamaba "¡junta queremos! ¡Junta queremos!". Dentro de ellos, uno de los más fervientes juntistas era Toro y Zambrano, quien con sus 83 años se encargaría de presidir la Primera Junta Nacional de Gobierno.
Sabemos bien que este hito sólo sería el inicio de un difícil y arduo camino, también sabemos que son otros los héroes que llevarían a la independencia a nuestra patria. Héroes llenos de ideales, energía y patriotismo. Héroes jóvenes que en conjunto promediaban menos de 30 años de edad.
En el Chile del Bicentenario, durante los últimos años hemos visto una escalada de la participación juvenil en distintas áreas de la sociedad civil. Hace ya cuatro años se inició con la revolución pingüina, continuó con el fuerte aumento de los grupos de voluntariado y especialmente en este año los jóvenes han respondido a las circunstancias. Ante el terremoto fuimos quienes ayudamos a superar la emergencia, ante la desigualdad en educación somos quienes van al rescate de los estudiantes más vulnerables atendiendo el llamado del Servicio País en Educación y durante la semana recién pasada fueron los jóvenes, quienes a través de la presión ciudadana, lograron que el presidente acordara la reubicación de la termoeléctrica Barrancones.
Sin embargo, todo el entusiasmo y entrega no siempre se refleja en acción a la hora de hacer política, pues en este camino aún hay grandes muros que impiden nuestra participación. Debemos corregir esto, ya que para hacer política de calidad se requiere a los mejores, sin importar su origensocial, regional o religioso, pero por sobretodo sin hacer prejuicios hacia nuestra juventud.
Los jóvenes estamos preparados para servir a Chile. Estamos totalmente agradecidos de los grandes servidores públicos que lo han llevado hasta el lugar donde está hoy, pero estamos muy ansiosos de ser el relevo y los responsables de llevar al país a una nueva independencia. Una independencia de la pobreza, la desigualdad y el subdesarrollo, para concluir este segundo proceso y como nuestros héroes poder gritar ¡Viva Chile, mi joven Patria!
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