la bicicleta

No soy un cliclista furioso ni tampoco pienso salvar al mundo evitando emitir CO2. Solo quiero declarar que viajar en mi Gladys es lo máximo.


Andar en bicicleta es una de esas pocas cosas que puedes hacer en soledad perfectamente. Puedes vivir la experiencia a tu antojo, tomar los atajos que desees, parar o apurarte o hasta bajarte cuando quieras. No necesitas complices, no necesitas dinero, no necesitas darle explicaciones a nadie. Es por eso que cuando quieres estar solo -pero que no se note demasiado- el mejor vehículo de escape tiene dos ruedas.

Lo mejor de la bicicleta es que tu cuerpo pasa a ser la medida de las cosas. Recuperas tus sentidos y rompes la insensibilidad producida por el rugir monopólico del acelerador. Hueles, ves y tocas la ciudad, esa misma ciudad plana que ves pasar por la ventana del auto ahora es tridimensional y lo mejor es que tu estás dentro de ella.



En la Gladys rumbo a SJ

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