En la crisis: Educación de Calidad

Por Nicolás Vallejos
Presidente de JóvenesxChile

Hoy es el día que el ministerio de educación había escogido para que los estudiantes regresaran a las aulas. Por la tragedia que ha afectado al país este reingreso no será posible hasta el próximo lunes en los establecimientos que estén en condiciones y para las escuelas más afectas existe un futuro incierto.

Una vez superada la emergencia y puesta en marcha la reconstrucción del país, la educación y las condiciones de las escuelas en que esta se entrega deben tener una prioridad destacada. Superar los daños materiales de esta crisis llevará años, sin embargo descuidar la educación de niños y jóvenes en la zona de catástrofe condenaría a estos estudiantes a una desigualdad perpetua.

Aquella desigualdad es la que año a año nos muestra el SIMCE y la PSU, siendo contemplada por una clase política indolente ante esta realidad, pues no ha sido capaz de generar las propuestas y soluciones que detengan el estancamiento de la calidad y el aumento de las brechas entre la educación municipal y particular.

Nuestra educación sufre de una crisis tan profunda y sínica como la actual catástrofe, una crisis que llega a la médula de los establecimientos y que oculta daños críticos tras una fachada aparentemente sana.

Es necesario reparar grietas tales como la comprensión lectora, la cual no es alcanzada por el 40% de los egresados de enseñanza básica. Por ello nuestras propuestas apuntan a mejorar la experiencia educativa, es decir, el día a día de los niños y jóvenes de Chile. Necesitamos un aumento masivo de recursos financieros y dotar a las escuelas de profesores y directores de nivel internacional. No es coincidencia de que los colegios particulares eduquen con 5 ó 6 veces más recursos que uno público y obtengan los mejores resultados. Aunque en estos momentos sea difícil obtenerlos, debemos actuar con sentido de urgencia, priorizando una gestión que maximice el impacto de los recursos y con una voluntad política que de manera imperiosa redefina las prioridades en acciones prácticas que permitan el mejoramiento efectivo de la educación para los más necesitados, solo así recordaremos el bicentenario de nuestro país como el año en que Chile se puso de píe para vivir un presente más digno y un futuro justo y mejor.

(Tribuna Libre del Diario Financiero, miercoles 3 de marzo de 2010)

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